Me llamo Morr. Soy director de cine de animación.
Quería hacer películas de animación desde que tengo memoria....
Hice videos de stop motion con arcilla, y jugué con Flash durante toda la secundaria.
Pero yo todavía no creía que pudiera triunfar como animador.
Siempre supe que quería ir a la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, pero decidí inscribirme como publicista, no como animador.
Nunca fui muy bueno dibujando y pensé que no conseguiría ningún trabajo como animador.
Así que me inscribí en su programa de publicidad....
Pero no entré...
Sí. Me rechazaron de la escuela de arte.
Me inscribí en otras cuatro escuelas de arte en Nueva York y tampoco entré en ninguna de ellas.
Me tomó otro año de clases de dibujo para poder entrar.
Finalmente entré.
Después de un semestre de publicidad, supe que no era para mí.
Pero me encontré con otro departamento en la escuela. Uno del que no estaba al tanto:
Artes informáticas y efectos visuales.
Siempre asumí que los animadores tenían que ser artistas finos asombrosos con habilidades de dibujo locas, pero aquí había otra manera de hacer películas.
Era una animación en 3D.
Cuando animas en 3D, no necesitas dibujar nada.
Puedes concentrarte en la acción, la actuación, la forma y la emoción.
No te impide tu habilidad con el lápiz.
Sabía que así era como iba a hacer las películas.
Y eso es lo que hice
Mi primer cortometraje trataba de dos peces parlantes, encerrados juntos en un acuario. Hacer esa película me enseñó mucho sobre la actuación y los diálogos.
Después de graduarme, hice mi segunda película, sobre un cubo y una pelota. Hacer esa película me enseñó mucho sobre la creación de emociones en objetos inusuales.
Mi última película trata de una guerra entre un pez y un cerdo. Fue mi mayor proyecto hasta la fecha y contó con un equipo de 15 personas. Hacer esa película me enseñó mucho sobre la colaboración.
El personaje del pez de mi última película Tasteful.
Compartir mi proceso
Decidí que con Bloop Animation no sólo haré películas, sino que también compartiré el proceso de hacerlas.
Las razones fueron:
- Creo que compartir tu proceso es la mejor manera de crear poco a poco un público que luego vea las películas.
- Me encanta enseñar, y disfruto del efecto que mis tutoriales y cursos tienen en otros cineastas y animadores, que a menudo se ven empujados a realizar sus propias creaciones.
Hacer cursos y construir una plataforma de aprendizaje para la animación también me permitió no aceptar ningún trabajo por cuenta propia y centrarme únicamente en mis propios proyectos.
Bloop Animation es ahora un negocio autosuficiente con más de 15.000 alumnos matriculados y millones de lectores/espectadores.
Y sólo estamos empezando.
Seguimos añadiendo nuevos cursos, escribiendo más artículos, publicando nuevos vídeos y llegando a más artistas.
Y esa es la parte importante.
Eso es lo que pretendemos: hacer animación, compartir nuestro proceso e inspirar la acción.
Gracias por venir.
- Morr